domingo, 11 de septiembre de 2011

jueves, 5 de mayo de 2011

If you want blood, you got it

Tras el anuncio del "Nobel de la Paz" (?) Barack Obama del asesinato de Bin Laden a manos de un escuadrón de la muerte (perdón, un comando de Fuerzas Especiales SEALS) se produjeron toda serie de manifestaciones de júbilo en los USA. Ciudadanos honrados, ejemplares, padres y madres de familia, votantes democráticos y amantes de la libertad salieron a la calle a celebrar que le hubiesen volado la cabeza al forajido, al "outlaw", el enemigo público nº 1. Probablemente a esos mismos ciudadanos democráticos y civilizados les hubiese encantado clavar la cabeza de Bin Laden en una estaca y danzar a su alrededor. Queremos sangre. Queremos venganza. Queremos muerte.
Bajo el fino manto de civilización con que nos adornamos, en el fondo seguimos siendo una tribu salvaje y brutal. ¿El mundo está mejor sin Bin Laden? Tal vez. Pero...

Incluso los Nazis, responsables del peor genocidio del siglo XX tuvieron derecho a un juicio. ¿Tal vez el sr. Bin Laden hubiese explicado cosas demasiado incómodas en un juicio público?

Siguiendo la lógica del gobierno USA, si un comando afgano o irakí se infiltrase en Estados Unidos, llegase hasta la residencia de George Bush jr., le pegasen un tiro en la cabeza y arrojasen su cadáver al oceano, deberíamos alegrarnos y proclamar que "el mundo es hoy mejor". ¿De cuántas muertes de civiles inocentes es responsable el sr. Bush?

De muchísimas más que Bin Laden, sin duda.