Que cosas curiosas tiene la vida. Justo andaba cuestionándome la in/utilidad de nuestros pequeños actos cotidianos, y nuestra i/responsabilidad moral ante lo que en el mundo acontece, y me llega un mail con esta información:
¡Lo hemos conseguido!
Vaya, gracias a una firmita me he ganado cinco minutos de indulgencia plenaria. Que bueno soy.
Ya puedo seguir tranquilamente haciendo pedidos para el ejército de tierra francés (deben andar buscando reclutas, porque están haciendo bolis y libretas con el número de los centros de reclutamiento), Microsoft, Pfizer y el Banco Santander (como diría su presidente, "ai am a uiner!").
Emilio Botín habla... "inglés"...?
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