lunes, 24 de noviembre de 2008

No les llames "animales": en realidad son mala gente

Dentro de la amplísima gama de actividades brutales y vergonzantes con las que disfrutan algunos humanos/homínidos(presuntamente personas)se encuentra la caza. No acabo de entender que alguien disfrute asesinando animales apostado tras unos matorrales y disparando con un rifle a una criatura indefensa. Me resultaron especialmente repugnantes unas imágenes, creo recordar que fue en Callejeros, en las que la periodista le preguntaba a un cazador (que acababa de realizar una escabechina brutal) si "no le daba un poco de pena" todo aquello. El cazador se mostró un tanto desconcertado, y forzando la que probablemente sea la única neurona que posee acertó a contestar que no, que aquello "era una tradición muy bonita, que se llevaba haciendo toda la vida".
Lo más lamentable es que este argumento ni siquiera es original, suele ser el más esgrimido en defensa de cualquier acto de barbarie que implique la tortura y posterior asesinato de un animal con la excusa de una fiesta popular. Claro, que bonitas son las tradiciones. Desde aquí propongo recuperar esas rancias y entrañables costumbres que eran las ejecuciones públicas, bien por garrote vil o ahorcamiento, luego podemos reinstaurar el derecho de pernada y que cada alcalde tenga derecho a trajinarse a cualquier mozo/a en edad de merecer sus atenciones, y luego podemos quemar unos cuantos herejes. Por favor, avancemos y dejemos atrás la barbarie de una vez. Si realmente la cultura de un pueblo y su progreso moral pueden medirse según el trato que le dan a sus animales, estamos bajo mínimos.

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