viernes, 10 de julio de 2009

Nuevos tiempos, nuevos síndromes

Toda acción provoca su reacción, toda causa tiene su efecto, el positivo un negativo, el Ying tiene su Yang...
Los siglos XIX y XX dieron lugar al Síndrome de Stendhal(1).
En el siglo XXI se ha desarrollado hasta alcanzar su plenitud El Síndrome de Esteban(2).
Los afectados por este síndrome debemos sufrirlo a diario, como consecuencia de la exposición cotidiana ante la vulgaridad glorificada y amplificada catódicamente convertida en estilo de vida, la mala educación como norma de conducta, la comunicación (!?) por medio del insulto fácil, la cháchara vocinglera y gallinácea que intenta llegar con el berrido donde no llegan los (inexistentes) argumentos. Convertir una vida carente de interés en noticia diaria, hacer de la anécdota intrascendente hecho reseñable. Exhibir sin el más mínimo pudor un aberrante gusto (anti)estético, ver la incultura flagrante convertida en "saber popular" y "campechanía"...
Encender la TV puede convertirse en experiencia extrema y traumática para aquellos espíritus sensibles aquejados de este síndrome. A la que te descuidas puedes caer sin previo aviso en un fuego cruzado entre Belén Esteban, los triunfitos, Lydia Lozano, los/as engendros/as de Hombres Mujeres y Viceversa, Karmele Marchante, la Patiño, Pipi Estrada, los invitados de "El diario de...", los de Gran Hermano, y todavía peor que todo esto: otra p**a imagen más de Cristiano Ronaldo.
No puedo con él. A Dios pongo por testigo de que si vuelvo a ver otra imagen más de CR9, mesías de los canis del mundo, ídolo de garrulos, makineros, bakalas y poligoneros, cantante descartado del casting para convertir a Andy y Lucas en trio y prototipo estético del dueño de coche tuneado, me ato la tele al cuello y me tiro por el balcón.
Mi capacidad de sufrimiento tiene un límite.

[(1): enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a una sobredosis de belleza artística, pinturas y obras maestras del arte.
Tiene esta denominación por el famoso autor francés del siglo XIX Stendhal quien dio una primera descripción detallada del fenómeno que experimentó en su visita en 1817 a la Basílica de la Santa Croce en Florencia: "Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme".

No fue descrito como un síndrome hasta 1979, cuando la psiquiatra italiana Graziella Magherini observó y describió más de 100 casos similares entre turistas y visitantes en Florencia y escribió acerca de él. Más allá de su incidencia clínica como enfermedad psicosomática, se ha convertido en un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico.]
[(2): enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, cefaleas, descomposición estomacal, náuseas e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a una sobredosis (cualquier dosis por mínima que sea ya es considerada sobredosis) de vulgaridad, mal gusto, ignorancia, mala educación, garrulismo, lenguaje soez,...
Tiene esta denominación en "honor" a la personaja Belén Esteban, despechada ex-esposa de Jesulín de Ubrique ad aeternum y ad nauseam.
A pesar de que a la susodicha no se le conocen más "meritos" que haberse trajinado al ex-torero y atiborrar diariamente a su retoña Andreíta con cocretas/cloquetas/clocretas/crocletas y pollo, su desagradable presencia se extiende cual maligno tumor a lo largo y ancho de la programación televisiva y otros medios de comunicación.]


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