lunes, 23 de febrero de 2009

Forrest Goes to Bollywood

Un chico con todo en contra desde el momento que nace, consigue crecer, hacerse millonario y finalmente consigue al amor de su vida. Un triunfador en toda regla, vaya... Un momento, ¿no es esta la típica historia de superación personal y "yes we can" que tanto gusta a los académicos USA? ¿No la hemos visto ya 3275 veces, con diferentes matices? Ah, que ésta transcurre en la India. Que bonito contraste visual entre el colorido de los saris y los desperdicios amontonados en las chabolas, que bien luce una niña con su impecable vestidito amarillo encima de una montaña de basura, y que divertido, si hasta hay música pseudo-bollywood como fondo del montaje al más puro estilo MTV. ¡Claro, es una revisitación del legado Dickensiano, Oliver Twist a ritmo de videoclip, oh, ah, que trendy!
Aaaah, que es de Danny Boyle, el de Trainspotting (vaya, hummm, pero si la hizo en el año 1996, en el siglo pasado), y le han dado muchos premios de esos gordotes y brillantes, es "la-película-que-hay-que ver" del momento...
En fin, he visto cosas peores, "Slumdog Millionaire" tiene algún que otro momento interesante que salva al conjunto, pero al final en vez de una cucharilla de azúcar para endulzar el producto se les ha ido la mano y parece como si se les hubiera caido el paquete entero.
¿Tal vez era el requisito para ser admitido en los Oscar?

Run Forrest, run!

martes, 17 de febrero de 2009

Chain of command!

Si las series estadounidenses fueran bebidas, "El mentalista" sería una gaseosa abierta en verano, bebes un trago y te das cuenta de que está caliente y sin gas. "Bones" una Cola Dia, intenta copiar un producto ya existente y a veces da el pego, pero no deja de ser una imitación barata. "CSI" sería una lata de Coca Cola-Light, un envase bonito, te la bebes de un trago y produce un picor intrascendente en la nariz, eructas y te das cuenta de que no te ha quitado la sed."House" sería sopa de ajo (aunque no sé si se admite como bebida), se repite, se repite y se repite... "Me llamo Earl", una cerveza de chiringuito playero, sabes que no es la mejor que hay pero refresca y te permite seguir un rato más a la bartola con gesto atontado y sonriente."Californication" sería un cubata de garrafón a las 5 de la madrugada, a esas horas ya todo te da igual, y hasta te da la risa."Dexter", un mojito: requiere cierta elaboración, el ron le da cuerpo y contundencia pero también refresca y te deja achispado. "Los Soprano", un vino Gran Reserva, un clásico que nunca falla y en el que siempre puedes confiar."Mad Men" sería un cóctel Manhattan: whisky con vermouth dulce y un toque amargo de bitter aromático con algo de hielo y una guinda, elaborado con maestría, sofisticado y necesariamente paladeado con lentitud. ¿Y "The Wire"? Sería un whisky escocés de malta de 12 años. El whisky no es una bebida fácil, puede resultar áspera y de gusto difícil de asimilar. Necesita de paciencia, tiempo y un paladar educado, por eso la mayoría prefiere mezclarlo para hacerlo más digerible.
"The Wire" es magistral de principio a fin. La calidad no decae en ninguna de sus 5 (y me parecen pocas) temporadas. La trama es como un puzzle de 5.000 piezas: cuando las colocas sobre la mesa todo parece algo confuso, cuando empiezan a encajar percibes la belleza del conjunto. En esta serie se produce la rara alquimia entre actores desconocidos pero impecables y creíbles, guión sólido y elaboradísimo y una puesta en escena sobria y realista. El ritmo de la serie es lento (en ocasiones hasta la exasperación, dada la lentitud con que avanzan las investigaciones) pero al mismo tiempo frenético, ninguna escena es superflua, ningún diálogo sobra, perderte cinco segundos puede suponer perderte un momento clave, un detalle detonante de la acción. No es esta una serie de polis buenos/traficantes malos. Cada cual sobrevive como puede, de acuerdo a sus reglas y sus propias normas. "The wire" va más allá de los aspectos policiales del tráfico de drogas. Escarba en las vergüenzas de un sistema político/policial corrupto e inoperante, en las miserias de un sistema educativo en caida libre, en la (i)rresponsabilidad de los medios de comunicación, en la hipocresía de una sociedad que públicamente se escandaliza con la delincuencia organizada mientras sus gestores se enriquecen colaborando con ella... Nadie es totalmente inocente, y por tanto nadie es totalmente culpable. Incómoda y necesaria, de visión obligatoria, solo se me ocurre una "pega": en ocasiones es demasiado realista y te deja hundido en el sofá tras golpearte en la boca del estómago con contundencia.
Sorry, no happy end motherfuckers!

martes, 3 de febrero de 2009

Humor Vs. Torpeza : 6 - 0 / 6 - 0 / 6 - 0. Juego, Set y Partido.

Los enfrentamientos entre cadenas no me interesan especialmente. Cada una responde a sus propios intereses económicos y simpatías políticas, y quienes acabamos saliendo perjudicados de alguna manera somos los telespectadores. Pero resulta inevitable hacer referencia a la última gamberrada de El Gran Wyoming, el ya famoso video de la becaria. No me extenderé demasiado en comentar la jugada que ha generado un verdadero tsunami de opiniones enfrentadas en diversos medios:
Soitu,YouTube, El Pais, La Nueva España, ABC,El Mundo,Meneame , Cadena Ser, 20 minutos, La Cope, etc...
Sobran las palabras. No puedo evitar sentir una mezcla de asco y pena por Xavier Horcajo, el esforzado presentador de "Más se perdió en Cuba", embarcado en un enfrentamiento tan desigual como suicida contra Wyoming y La Sexta. Alguien con un mínimo de inteligencia se daría cuenta de que tiene la batalla perdida incluso antes de empezar. Pero claro, estamos hablando de un individuo que emplea argumentos tan sutiles para descalificar a sus adversarios como por ejemplo llamar "puta" (bueno, en realidad empleó el eufemismo "dedicarse a la profesión más antigua del mundo") a la co-presentadora del Intermedio Beatriz Montañez.

Xavier Horcajo, compungido momentos después de darse cuenta de que en realidad se la acaban de meter doblada hasta la epíglotis.